Sunday, April 17, 2016

Flor de Menta

   Sentados frente a frente, sintiendo el pasto bajo nuestras piernas, nos encontramos de forma real por primera vez. En silencio y desprovistos de cualquier tipo de comunicación oral, nos gritamos el uno al otro al mismo tiempo que fusionamos el caos que reina en nuestro interior.

   Hoy, años después, nos volvemos a reunir en este ritual de fagocitosis. Y es que siento que entre este y aquel día el tiempo se detuvo, y que todo lo que creíamos una vida no fue sino la prolongación estática de una conversación carente de lenguaje.

   Hoy, la vida se me presenta tal cual es; finita, efímera, egocéntrica. Empiezo a entender que el ritual no comienza con el nacimiento ni finaliza con la muerte. Siento dentro de mi el fin como el inicio del ciclo, y el inicio como una forma de fin, como la muerte.

   Hoy, sentados en el mismo lugar, la muerte, tú, muerte, viene a dar origen a un nuevo ciclo. Ella me revela que en su acto creativo estira lo finito hasta concebir lo interminable, hasta unirnos en una red infinita.

   Hoy, y por última vez, me hundo en el azul de tus ojos, en lo más profundo de ti. Hoy, el tiempo reinicia su paso mientras encuentro por fin palabras para hablarte. Hoy, nuestros infinitos se unen en un último beso, se unen de forma abismante pero bella, genuina. Hoy, la flor aplastada entre las páginas del cuaderno brilla de muerte y de color para recordarnos que no existe algo así como la separación y que los ciclos se construyen en base a lo anterior, al pasado. Hoy, me retiro en silencio y entro en este vacío torturador donde la muerte me dará una nueva vida.

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